Las curvas son el alma del esquí alpino. Dominar su técnica no solo te permite esquiar con mayor fluidez y seguridad, sino que también mejora tu control sobre la velocidad y la adaptación al terreno. Si ya tienes experiencia en las pistas y quieres perfeccionar tus giros, aquí tienes las claves para llevar tu esquí al siguiente nivel.
1. Posición y equilibrio: La base de un buen giro
Antes de entrar en la curva, es fundamental mantener una postura estable y equilibrada:
- Flexión de tobillos, rodillas y caderas: Mantén una ligera flexión para absorber mejor las irregularidades del terreno y facilitar la transición entre giros.
- Centro de gravedad adelantado: Evita quedarte atrás. Mantén tu peso centrado o ligeramente adelantado sobre los esquís.
- Mirada al frente: No mires tus esquís, enfoca tu visión en la dirección del giro para anticiparte a los cambios del terreno.
2. Inicio del giro: La transferencia de peso
Cada curva comienza con una transición controlada de peso:
- Presiona el esquí exterior: Durante la curva, tu esquí exterior es el que soporta la mayor parte del peso. Asegúrate de aplicar presión progresiva sobre él.
- Inclina el cuerpo, no solo las rodillas: Para inclinarte correctamente, usa todo el cuerpo, desde los tobillos hasta los hombros. Evita doblar solo las rodillas, ya que esto limita el control.
- Uso de los cantos: Inclinar los esquís sobre sus cantos permite un agarre firme en la nieve y evita derrapes innecesarios.
3. Desarrollo del giro: Control y fluidez
- Mantén la presión en el esquí exterior: Conforme avanzas en la curva, sigue aplicando presión en el esquí exterior para mantener estabilidad y control.
- Activa el tren inferior: Usa las piernas para dirigir la curva mientras el tren superior se mantiene estable y acompañando el movimiento.
- Regula la intensidad del giro: Ajusta la presión y la inclinación según la pendiente y la velocidad a la que esquías.
4. Final de la curva: Transición suave
- Descarga progresivamente la presión del esquí exterior: A medida que terminas la curva, relaja la presión sobre el esquí exterior para permitir una transición fluida al siguiente giro.
- Reajusta tu posición: Vuelve a centrar tu peso y prepárate para iniciar la siguiente curva sin brusquedades.
5. Errores comunes y cómo corregirlos
- Quedarse sentado atrás: Esto reduce el control y hace que los esquís derrapen. Solución: Mantén el peso centrado y usa la flexión adecuada.
- No usar bien los cantos: Si los esquís no agarran bien la nieve, probablemente no estés inclinándolos lo suficiente. Solución: Trabaja en la angulación de tobillos y rodillas.
- Movimientos bruscos: Los cambios repentinos de peso desestabilizan la curva. Solución: Asegúrate de realizar transiciones progresivas.
Conclusión
Mejorar tu técnica en curvas no se trata solo de hacer giros más cerrados o rápidos, sino de ejecutarlos con fluidez, control y precisión. Practica estos principios en cada bajada y notarás la diferencia.
💪🏻¡Nos vemos en las pistas para seguir esquiando mejor cada día! ❄️⛷️